Cocina en hoteles: ¿conviene producir sus propios panificados?

Para la mayoría de los hoteles de gran envergadura de la provincia la cuestión ha sido resuelta favorablemente. Tiempo atrás, los hoteles se conformaban con brindar un menú más o menos ajustado, diario, sin grandes aportes en términos de variedad; no obstante, esta tendencia ha ido retrocediendo considerablemente en los últimos tiempos.

Pensemos, en principio, en los panificados. ¿Conviene comprarlos o producirlos en su hotel? En términos de calidad, y costos, quizás la mejor opción sea la segunda. Por cierto, aquellos que quieran conocer un poco más sobre máquinas de panificado pueden ver más en el siguiente enlace: http://www.gr-maq.com.ar/.

Al fabricar al menos una parte de su oferta gastronómica, su hotel indudablemente irá ganando en personalidad, e identidad propia, justamente porque los sabores que se obtienen de este modo son únicos, propios, con lo cual el público solo podrá encontrarlo en un lugar: su hotel.

Esto, claramente, va más allá de la posibilidad de comprar una amasadora de panadería, o por tal caso cualquier otro tipo de máquina como unas balanzas de cocina que le permita producir sus propios alimentos. La idea es volver a darle a su hotel un aire fresco, más personal, que implique un salto de calidad y una forma concreta de distinguirse de la competencia.

Por otro lado, el turismo en San Luis está fuertemente vinculado a la gastronomía. Si el público que nos visita tiene este objetivo en mente por encima de otros, incluso del vino y de los paisajes y lugares históricos, todo hotel con la capacidad económica de hacerlo debería realizar el esfuerzo para brindarle a sus visitantes una oferta gastronómica que esté a la altura de esos requerimientos.

Una de las maneras de lograr ese objetivo es ofrecer platos con el valor agregado que supone la personalidad. Los panificados, hechos en el lugar, puede satisfacer ampliamente esa necesidad, y sin que la inversión que deba realizarse sea demasiado difícil de cubrir.

Invertir en estos detalles son los que terminan haciendo la diferencia. El resultado quizás sea intangible al principio. Es probable que al mejorar su oferta gastronómica usted no observe rápidamente un cambio ostensible, sin embargo, estas mejoras llevan cierto tiempo, pero en general cuando se mejora un servicio difícilmente traiga consigo un fracaso en materia económica.

La gente visita San Luis, entre otras cosas, para saborear las delicias de nuestra provincia. ¿Qué es lo que espera usted, siendo parte del sector hotelero, para aprovechar esos intereses y volcarlos en una oferta concreta para todos aquellos que se hospedan en su hotel?

Producir sus propios alimentos puede ser, además, una actividad sustentable, y hasta más económica que tratar con proveedores. Recuerde que esos sabores que usted adquiere también pueden encontrarse en cualquier otro lado. ¿Por qué el público elegiría cenar en el hotel si esos mismos sabores y texturas se encuentran fácilmente en otro lado? Un salto de calidad, al menos en este aspecto, es un factor que el sector hotelero debe tener en cuenta, aunque también hay que decir que actualmente son muchos los hoteles que han comenzado a explorar esta interesante posibilidad.